Corren vientos de cambio para la educación en Colombia, producto de la discusión de la reforma a la Ley 30, presentada recientemente por el Gobierno Nacional al Congreso. La reforma no fue ampliamente discutida entre los estamentos universitarios, aunque se le intentó dar un matiz democrático a través de escenarios como foros convocados precipitadamente por los rectores de las universidades, empeñados en su legitimización.
Ante la presentación de una reforma de la educación, que no fue lo suficientemente evaluada con la academia, me siento en el deber como candidato a la Rectoría de la Universidad del Valle, a plantear una posición frente a este polémico y decisivo tema.
Frente a el retiro del Proyecto de Ley de Educación Superior a las instituciones con ánimo de lucro, donde algunos piensan que el gobierno lanza un mensaje de tranquilidad a la comunidad educativa, personalmente creo que lo que se envía es un mensaje de alerta sobre la concepción misma de la educación, que no puede ser pensada con ligereza.
Si bien los nuevos recursos para las universidades serán siempre bienvenidos, estos se deben ajustar a las necesidades de inversión de la universidad, teniendo en cuenta las características y el comportamiento de los gastos recurrentes, aún más cuando lo que se necesita es ampliar coberturas y mejorar la calidad de la educación superior.
Privilegiar la demanda a través de créditos y subsidios en detrimento de la financiación de la oferta, es colocar cada vez más a la educación superior a disposición del libre mercado y por ende a la libre competencia. No considero pertinente que acorde a las fluctuaciones de la demanda dependa los recursos y la sostenibilidad de las universidades, especialmente las públicas.
Enfoco mi argumento en esta ocasión sobre las finanzas, por que solo se podrá reclamar autonomía universitaria si esta tiene corresponsabilidad con su capacidad de financiación, si a esto sumamos la pretensión de debilitar las funciones del Consejo Académico, lo que se esta generando es un atmósfera donde la autonomía con la que desde la academia logramos avanzar a pasos pequeños pero sostenidos en los últimos años, se convierta ahora a pasos agigantados en la autonomía del mercado.
Insto a toda la comunidad universitaria a observar en prospectiva y a realizar un análisis articulado sobre los alcances de la Ley 30, su reforma y sus implicaciones actuales y futuras sobre el norte de la educación superior, en particular en la Universidad del Valle, como institución pública y motor del desarrollo y talento humano en la región.
Alejandro Varela Villegas
"Democracia y Contemporaneidad, por un nuevo modelo de universidad pública"
Los invitamos a visitar:
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