Para los retos que implica la postmodernidad, es necesario un liderazgo contemporáneo, lo que necesariamente perfila el carácter que debe poseer quien va a dirigir, orientar y liderar la Universidad. El rector de la Universidad del Valle debe caracterizarse por ser deliberativo, crítico, propositivo, analítico y participativo con los diferentes estamentos universitarios. También es prioritaria su capacidad de liderazgo para direccionar la enorme y cualificada masa crítica conformada por profesores, estudiantes, jubilados, empleados y trabajadores, logrando encausarla como una sola fuerza hacia el desarrollo democrático de la sociedad, haciendo frente a los nuevos escenarios y desafíos que plantean las continuas transformaciones. Por ello he insistido mucho, a lo largo de este proceso, en el carácter democrático que debe marcar el trabajo en nuestra Institución y en su naturaleza contemporánea, es decir, atenta a los nuevos problemas y a las soluciones conformes a las exigencias de nuestro tiempo.
Para reconocer estas características, es fundamental que valoremos los comportamientos y posiciones que han caracterizado la actuación de quienes hoy aspiramos a ejercer la rectoría de la Universidad del Valle, sobre todo en un tema que es del sentir y del querer de toda la comunidad universitaria: La posición frente a la actual crisis del Hospital Universitario del Valle. Por esta razón, me permito dejar constancia de mi posición como miembro de la junta directiva durante los últimos tres años.
Me caractericé por el compromiso para analizar la situación que afectaba al Hospital Universitario del Valle, participando activamente en todas las juntas directivas.
Una de las primeras iniciativas que propuse fue emprender acciones para depurar los estados financieros y recuperar la cartera, ajustándolos a la realidad que enfrentaba el Hospital. Para este fin, se conformó una comisión de la Junta Directiva, a la cual solicité permanentemente el acompañamiento de la Revisoría Fiscal.
Me opuse continua y radicalmente al cambio de misión, puesto que en varias reuniones de junta, la administración del Hospital Universitario del Valle quiso volverlo una institución de mediana complejidad. Insistí, argumenté y demostré que debía mantener su vocación de hospital de alta complejidad (como único hospital público de esta categoría) y no reemplazar lo que otras instituciones de mediana complejidad realizaban.
Mantuve una posición exigente frente al logro de la eficiencia y los ahorros en la institución, solicité planes de mejoramiento para reducir la contratación de personal administrativo y exigí que se fuera austero en el gasto y responsable en los pagos.
Propuse permanentemente que se trabajara sobre la base de economías de escala y estrategias de colaboración.
Fui crítico, muy crítico con la Universidad del Valle no solo por la actitud pasiva que asumió sino también por su actitud permisiva. Solicité y propuse que el concurso para elegir el gerente del Hospital Universitario del Valle lo realizara la Universidad del Valle; sin embargo, tras una estrategia dilatoria, la Universidad terminó dándole la razón a quien presidia la junta en ese momento y se abstuvo de participar. Este hecho lo critiqué en público y en privado.
Le solicité al Gobernador actual conformar una comisión de auditoría externa, encabezada y dirigida por la Universidad del Valle, para revisar y analizar las tendencias de los costos, las estrategias administrativas, la composición de los gastos y los costos y las modificaciones en las cargas de personal administrativo y financiero. También solicité que se analizaran las estrategias financieras que se estaban desarrollando, como las denominadas “operaciones de factoring”, manifestando mi preocupación por la forma como se estaba recuperando la cartera.
No sólo le hice seguimiento a estos temas en las juntas sino que le llamé la atención al presidente de la junta al ver que pasaban los meses y el informe de la Universidad del Valle no se presentaba. A la hora actual, este documento aún no se ha presentado.
La Universidad del Valle y su rector como principio fundamental de gestión no pueden ni deben olvidar su obligación de tener una actitud crítica frente al estado del arte del conocimiento y ser la memoria de la sociedad.
Alejandro Varela Villegas
“Democracia y contemporaneidad, por un nuevo modelo de universidad pública”
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